jueves, 15 de mayo de 2008

sueños

No podría vivir sin mis sueños, lo que quiere decir: no podría vivir sin los mundos que mi imaginación inventa. Son jugueteos interiores con las posibilidades de todo, y esos universos latentes respiran junto conmigo, siempre.

Casi nunca los recuerdo con exactitud, sólo sé que a veces mis sueños me sorprenden, y despierto en la madrugada con la impresión de haber visitado un mundo… quién sabe cuántos universos hay, que sólo despiertan cuando estamos dormidos. Corrientes subterráneas de imágenes, furtivas, extrañas.

Los sueños repetitivos encapsulan las sensaciones de una época, y quedan después como la crónica de sentimientos superados:
Cuando empecé a vivir en esta ciudad soñaba que me perdía en zonas de aire hostil a horas en que el metro no funciona. Ya no tengo esos sueños, qué bueno.
Cuando empecé a estudiar Antropología me soñaba con frecuencia haciendo viajes a islas exóticas en mares turquesa (en una de ellas, me recibía un “nativo” guapísimo, de rastas hasta la cintura, con una chela, para mí). Ya no tengo esos sueños, qué lástima.

He hecho viajes pachequísimos en mis sueños, y algunos me ofrecen imágenes que luego, ya en la vigilia, recuerdo como cuadros sugerentes. Pero mis favoritos son los más infantiles: cuando tienes hambre y sueñas que comes algo saturado en calorías, cuando te gusta un hombre y sueñas que te besa, cuando quieres ser de algún modo y el sueño te recrea tal y como tienes ganas de mostrarte.

Anoche soñé que Radiohead daba un concierto en México. La euforia en el estadio era indescriptible. Todos teníamos ganas de llorar. Yo estaba muy cerquita del escenario, y luego, no sé cómo, estaba en el escenario, al lado de Thom Yorke (de quien siempre he estado enamorada y con quien me casaría en un segundo si existiese esa remota posibilidad). Hay lagunas en el sueño (nunca he logrado hacer reconstrucciones detalladas a la mañana siguiente), pero en algún momento, Thom y yo nos dábamos primero un beso en la mejilla, y luego un breve beso en la boca. Pura felicidad inexpresable. Hasta que mi subconsciente aguafiestas inventó una tormenta que nos amenazaba a todos con electrocuciones, y la sutil frontera que va de la euforia a la angustia se rompió. Ni modo…

2 comentarios:

El Sek dijo...

Hola, soy el amigo desconocido del messenger, me acabo de dar cuenta, "La Nueva Amor" me esta matando.

Yo tambièn he soñado que ESCUCHO A Luis Miguel en la Nueva amor.

Chia creo que eso no lo soñe eso si lo estoy viviendo.

Lo de Radiohead ya pasò, es una leyenda tipo urbana pero se cuenta que fue en ojo de agua.

Jimena dijo...

Ay!! Así que eras tuuu!! y yo que en un arranque de paranoia (esa sí real, no imaginaria) te borré de los contactos (te agregaré otra vez!).
Luis Miguel y la Nueva Amor siguen siendo imperdonables. Digo, una cosa es soñar con ellos, frente a las pesadillas no hay nada que hacer, pero otra muy distinta elegirlos cuando uno está consciente, jiji.
Es un gusto verte otra vez por aquí.