jueves, 15 de mayo de 2008

gatos

En mi cuadra hay varios y por eso no nos acosan las ratas. Uno de mis favoritos es blanco y gris, de la hermosa especie de los que usan calcetines. No sé si no tiene dueño o más bien es muy independiente, pero siempre lo encuentro solo, a las horas de mayor silencio de la noche, cruzando libremente la avenida de ida o de regreso. Hay otro, atigrado, que se coloca sobre el techo de un portón vecino. Siempre se sienta en posición de vigilante, elegantísimo y erguido. Parece inquebrantable, pero si uno le habla en tonos dulces, responde en tonos dulces de regreso.
Son los héroes de mi calle. Pasan como sombras sin exigir reconocimiento, pero me tranquiliza pensar en las curvas discretas de sus cuerpos y en sus patas acolchadas, patrullando nuestra noche, protegiendo nuestros sueños.

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