sábado, 11 de octubre de 2008

Tiempos libres

Miercoles, dia libre. Sali a la calle en medio de la lluvia, y fui al Wall Mart por mi primer paraguas verde (dos dolares y medio), fui al metro, cheque el mapa y decidi caminar esta vez hacia el sur (el dia ha sido hermoso y triste). Salude a Josefina, la mujer filipina de los hot dogs, quien me sonrio. Pregunte para donde quedaba el sur y empece a caminar, a lo largo de los campus universitarios, rodeada de estudiantes humedos en el dia humedo. Hojas rojas. Hojas amarillas. Torres de ladrillo, edificios que parecen ingleses con hiedra creciendo en las paredes. A veces, algo muy bello, una construccion parecida a un castillo de cuento, a la distancia, (entonces me acuerdo de Tami, y de como adoraria ella esas imagenes, y como la extranio). Camine y camine, sin saber hacia donde, hacia donde el sur me llevara. Y hubo momentos en los que pensaba, por enesima vez, estoy aqui, estoy sola en un nuevo pais. Y momentos en los que me sentia deslumbrada, tomando poco a poco en los ojos el caleidoscopio de la ciudad. Y momentos en los que caia sobre mi una tristeza persistente y suave como la llovizna. Llegue a Bay, a la zona corporativa del centro, y me gustaron los edificios en el aire espectral del dia, tragados por la neblina. Tome un bus hacia el sur, buscando el lago, pero al final ya solo queria un cafe para escribir un rato. Aqui estoy, con un expresso, lo mas barato que encontre, y casi me tengo que ir. El dia ha sido veloz y triste, tibio y nostalgico. Estar en un pais nuevo donde nadie me conoce. Hoy me he sentido sola, me he sentido esta silueta en el metro, esta silueta en las calles, y en los autobuses. Casi siempre, la soledad me sienta, puedo disfrutarla, me siento muy libre cuando estoy sola. Me gusta pensar, mirar, escribir, a solas. Me gusta caminar, y ahora he podido caminar a traves de calles e imagenes desconocidas que tiemblan suavemente bajo el descubrimiento. He estado bien. Este es mi noveno dia, y el tiempo ha pasado muy rapido y no ha dejado de sentirse como una aventura. Pero hoy, extranio a la gente que ya quiero y que ya me quiere, la gente con la que me comunico con guinios y subtextos implicitos tejidos a traves del tiempo y la cercania, la gente que se y que me sabe, si estoy, o estan, tristes, o contentos. Aqui todo es nuevo, tambien las personas. Tengo curiosidad.

Ya es de noche. Es de noche. "No hay luz y no hay esperanza, pero espero."

2.Y luego, aun, breves ataques de euforia. Por el aire humedo y tibio de la noche que me hace pensar en la playa, y en Mexico, mientras cruzo la calle con mis bolsas del super, y siento que estoy segura, que lo basico esta resuelto, que no hace mucho frio, y despues de todo no estoy pasando hambre, y la ciudad es aun este mundo liso y sin estrenar donde ya hay islas suaves de reconocimiento, ciertas calles y ciertas esquinas y ciertos trayectos. Y lo que me da miedo, ahora, es que una rutina empiece a crecer a traves de la aventura, como un virus. Y es inevitable, los trabajos y los horarios tienden a hacer eso con las personas, ordenan nuestras vidas y hay oceanos de tiempo planificado y cuadriculado bajo otras miradas, vigilantes. Pero la sensacion del trabajo tambien es nueva, ahora me asomo a las posibilidades de la jornada dispuesta a sentir mis musculos endureciendose, a ratos. Mientras descubro la ciudad me voy descubriendo. Soy esta persona que aparece en la superficie de mi misma bajo la luz de todo lo distinto. Todo es nuevo, y tambien yo.

3 Hoy, en la tienda, y luego en el bus, vi a un indigena canadiense, entre los rostros orientales y negros y latinos y rubios, al fin, el primero de los habitantes originales de estas tierras. Estaba delante de mi en la caja del super, y lo vi comprando de la misma manera que yo, apenas lo necesario, y al final, una barra de chocolate, que se decidio a pagar solo cuando aparecio la suma total de las compras, la miro en su mano y dijo, esta tambien. Luego subimos al mismo camion. Un hermoso hombre con el cabello largo bajo la gorra de beisbol y una arracada pequenia en la oreja izquierda. La minoria absoluta en un pais de minorias.

Jueves. Fui por la noche al restaurante mexicano con Rodrigo y su hermana Alejandra y Willy, y bebi cerveza y cante a todo volumen "Caminos de Michoacan" con los mariachis y comi dos platos de pozole. Adentro, todos hablan espaniol, hay muchos mexicanos (actuando como mexicanos y no como canadienses, mexicanos desmadrosos y ruidosos y alegres), y la musica es pura banda y pasito duranguense, asi que me desconecte del resto de Toronto y me senti brevemente de vuelta en mi pais. El asunto de la tesis promete.

1 comentario:

Anónimo dijo...

anochenodormi,loquehicefuellorar, ynoestbastú,solotumirayuntristeamanecer, nuncasoñeconnadiecomotúyohoydespertaré...

tu no me conoces, llegué aquí por un clik. No diré más sobre esta mirada que me permite contemplar un sujeto ideal e intangible que puedo amar sin conocer; Toronto es una de mis ciudades favoritas en el mundo.

Vita!, Vita!... Vive la luz cenital, vive la aurora lejana, vive el amor del camino, y algún día te ,encontraré...

Princesa caminante, mezcla de lugares que quieo concer.

Conocer... como quien escucha, como quien es prudente, reservada y cautelosa.

Como aquella sobriedad en el extasis.

Ximena