domingo, 4 de julio de 2010

íntimo compás existencial

No es lo mismo ver todos los días la ciudad donde crecimos, por ejemplo, con su polvo, con el ruido de sus coches, sus tinacos y sus tendereros, que verla a través de la distancia. La memoria lo ilumina todo subjetivamente, y recordamos, más bien, la luz roja de una tarde sobre edificios viejos, madrugadas veloces, jacarandas en flor, rostros queridos. Conforme pasa el tiempo sobre nuestros recuerdos, los editamos delicadamente, sin darnos cuenta. Lo que pasa con la distancia es que enciende las cosas. Así ocurre con todo. No recuerdas los días en que no hay agua en el edificio, recuerdas la risa de tu vecina, una niña espléndida, y cuando piensas en ella, no la recuerdas cuando tenías mucha tarea y ella te interrumpía todo el tiempo, la recuerdas haciendo caras chistosas para que le tomes fotos. Así es nuestra naturaleza, los cristales de la ventana a veces son azules (a veces grises) a veces dorados. A mí, casi siempre, me gustan esas distorsiones. El amor es la más dulce de todas. Otros ven a un hombre de cabello oscuro, o una pelirroja, gracioso, o risueña, que trae el cabello revuelto, o jeans desgastados, pero tú ves en él, o en ella, por encima de todo, poesía. Si miráramos al mundo con frialdad matemática se nos escaparía una parte de su belleza.


Está también aquello que dijo Thoreau: “Rather than love, than money, than faith, than fame, than fairness… give me the truth” – no he leído a Thoreau, pero recuerdo la frase porque aparece en “Into the wild”, una película que adoro. Ahora, pensando en el significado de la verdad, me pregunto, por ejemplo, si el amor la descubre, o la disfraza. Como estoy enamorada, me respondo que la descubre. Me acuerdo, entonces, de una escena en “Belleza Americana”, Ricky (un personaje que también adoro) filma una bolsa de plástico que baila con el viento. La frialdad matemática diría: esa es una bolsa de plástico que empuja el viento. Ricky (el delicioso Wes Bentley), dice: eso es lo más hermoso que he filmado en mi vida. Y yo, romántica incorregible, le doy la razón a Ricky, y creo que la verdad está de su lado. Ricky dice: “sometimes there’s so much beauty in the world I feel like I can’t take it, like my heart is going to cave in”. Eso le ha de pasar a los que se enamoran, y también a los astrónomos bajo sus telescopios, o los químicos sobre sus microscopios, a los que escalan montañas, y a los que caminan por callejoncitos. Según yo, la verdad no es una deconstrucción indiferente, sino un descubrimiento que conmueve.

Ahora, la imagen, la voz de J., encendidas por el amor y además por la distancia, me traen todo el tiempo dulcemente oprimida. Me llama todos los días, incluso varias veces al día, y cada vez que suena el teléfono, sin excepciones, se me acelera el pecho, parezco adolescente. No cabe duda que los sentimientos son una luz intensa, lo que sentimos se proyecta sobre nuestras imágenes ampliándolas, cinematográficamente. Todo el mundo sabe que los sentimientos “nublan la razón”, y por algo son famosas frases como “ojos de mamá cuervito”, o “el amor es ciego”. Estoy consciente de que este enamoramiento cinematográfico de ahora, irá pasando con los años a algo mucho más cotidiano y mucho menos dramático. Y mi esperanza es que también entonces, todos los días, la verdad que descubrí en él me siga conmoviendo, llenando mi pecho hasta el tope, y que entonces como ahora, yo ande por ahí en todas partes, dulcemente oprimida.

Esas opresiones dulces, de hecho, son mi compás existencial. No sólo tienen que ver con el amor. Siempre y cuando pueda conmoverme, todavía, por una conexión con alguien, por un cachito de bosque o un edificio viejo, por un libro, o una película, por el enfrentamiento de algún David contra algún Goliat en el mundo, por la figura de la camioneta destartalada que pasa a vender pan todas las tardes, o por una canción que me gusta, sé que en el fondo, estoy bien.

11 comentarios:

Jessica dijo...

Amo el sentimiento con el que te expresas en tus textos. Te leo y me veo reflejada una y mil veces en todo lo que dices y te admiro y me sorprendes. Jimena, me encantaria platicar contigo, por favor contactame: honeydont253@gmail.com

Jimena dijo...

Jessica, ¡muchas gracias! A mí también me gusta cómo escribes. Sin duda alguna aceptaré tu generosa invitación. :D

todavia dijo...

Ahora empiezo a ver con otra luz aquello que dijo Jesús -No sabia que lo habia dicho él, me voy enterando-:

"La verdad los hará libres"

=)

Jimena dijo...

No se me había ocurrido pensarlo así, pero estoy completamente de acuerdo contigo. Qué bonito. :)

trying not to sell dreams for small desires dijo...

estoy de acuerdo con Jessica... a mi también me ha encantado lo que leo....mi español es mediocre, disculpa...

a veces me llega a la mente esa escena de la bolsa.....no se porque.....

me gusta

Jimena dijo...

Gracias . :)

D. dijo...

Hola Jimena:

Es muy bueno este post.
Pienso muy parecido a tì, en general.

Entre otras cosas, me he sentido muy identificado con el sentido de la verdad que has dado, a pesar de no creer en verdades absolutas.

Te sigo, me ha gustado mucho.

Saludos cordiales.

Jimena dijo...

Tienes razón, tampoco estoy de acuerdo cuando la verdad deja de ser un descubrimiento que puede cambiar todo el tiempo, dependiendo del ángulo y la iluminación, para transformarse en algo absoluto y eterno y petrificado:)
También te sigo, homo urbano, leyendo tus crónicas con nostalgia infinita, a veces, por la ciudad (con todo y sus malos días o sus pequeñas neurosis).

Anónimo dijo...

estoy en puebla el 16, te apetece toparnos? : 3

Isa Gómez dijo...

muy buen post, felicidades, no se que decirte, pero me gusta me gusta... buena vibra, abrazos.

Jimena dijo...

Oz, los abrazos virtuales me hacen sonreír con chispitas cálidas. Después de todo, sí se sienten como abrazos. Va de regreso para tí, una muy sentida sonrisa virtual :)