viernes, 24 de septiembre de 2010

Su voz adquiere un acento de felicidad indescriptible cuando pronuncia palabras como “curry chicken”, o “hot weather”. Es el mismo acento de felicidad que se escucha en la voz de los niños cuando dicen palabras como “helado”, o “vacaciones”.  Tenemos 8 meses mirándonos a través de la pantalla pixelada de la computadora, y nada más. Puedo escuchar cómo cambia el timbre de su voz a  veces, con “bacon”, y  también con “honey”; siento entonces como si se derrumbaran paredes de agua por dentro, como si un planeta del tamaño de Júpiter se comprimiera en mi pecho, y sé que estamos bien.

4 comentarios:

D. dijo...

Hola Jimena:

Comprendo. Suele ser duro, y con poco nos conformamos.
Saludos.

D

trying not to sell dreams for small desires dijo...

soon the two of you will be together......

Jimena dijo...

Escuchar los acentos felices de su voz cuando pronuncia palabras que tienen que ver conmigo y sentir entonces una explosión inconmensurable parece poco, pero se siente como mucho, es la constatación de que seguimos siendo todo, o incluso más, de lo que éramos antes de estar artificialmente separados por burocracias fronterizas. Gracias por seguir pasando por aquí, Crónicas, saludos soleados de regreso :)

Jimena dijo...

Thank you Trying, soon... I hope I hope I hope I hope I hope...