Cronica intermitente que empieza al final de un mal dia en el trabajo y termina varios dias despues.
Siento al mundo encima, justo sobre mi espalda. A veces daria lo que fuera por una isla o un pedacito de monte lejos de los explotadores y los explotados. Es dificil sentir la menor empatia por la humanidad en dias como hoy. Hay gente a la que podria odiar, si valiera la pena. No odio a nadie, pero me siento descorazonada, exhausta. Hago lo posible por concentrarme en cosas como la esperanza que tiembla entre J. y yo. El. Musculos fuertes, cabello revuelto para siempre, la disposicion de un ninio impaciente con respecto al universo. Un corazon que lo ha resistido todo limpiamente. Un corazon que se inclina sobre mi con la suavidad de los arboles, y el tacto y las conversaciones nos van tejiendo cada vez mas juntos, y hay puertas interiores que se abren y entonces hay tambien un respeto creciente a lo que en el es cristalino. Sin amargura. Quizas, a veces solo un cansancio que lo moveria a dormir cien anios, como en la cancion de Velvet Underground (solo para soniar diferentes colores hechos con lagrimas). Todo lo que quiero es pasar mi mano por su espalda y asi se diluye la desesperanza de la jornada y recuerdo que hay ejemplares de la humanidad que me gustan, muchisimo, mientras el duerme, a mi lado.
Hay tambien otras redenciones. Las ventanas del tren cuando sale a la superficie de Toronto siguen siendo mi escape favorito. Entonces, a mi derecha todo lo que hay es bosque, sin banquitas ni caminos, ni puestos de comida ni letreros, solo arboles, esbeltos, y luz . Todo es asi, inevitablemente rosa como siempre y diminutas metamorfosis. De un dia para otro, el pasto se cubre con flores amarillas, y entonces de pronto, una maniana, tiembla contra el sol un oceano sin fin de esferas blancas, fragiles, que se desmoronan (suena bonito el nombre en ingles: dandylions). Tengo un nuevo vecino de dos anios que dice WOOOW con entusiasmo honesto, cuando me pongo unos aretes rojos, o J. toca un par de acordes en su guitarra. Le gusta tomarme de la mano por el jardin de atras de la casa y decir “look” senialando y nombrando a cosas en el mundo, a tree, the sun, a wagon; y se alegra cuando me ve, aunque apenas me conoce. El lunes fue Victoria Day, dia feriado para todos, tambien para J. y para mi. Me trajo a este parque donde ahora escribo, un parque del este estrecho y largo, con arroyitos y puentes de madera. En la noche fuimos a la playa a ver los fuegos artificiales. Las familias se acercaban a la orilla del lago cargando sillas plegables y mantas y termos con bebidas calientes. La gente encendia versiones domesticas de los cohetes y las luces, que explotaban casi sin descanso a lo largo de la playa. Un ninito mirando a una luz de bengala enterrada en la arena le pedia “Go up, Go up!”. A nuestro lado habia tres figuras silenciosas: un hombre de mediana edad, moreno, con sus dos hijos, de alrededor de 11 y 8 anios. Habia una severidad austera en el hombre y su silencio y algo enternecedor en los dos ninios, esperando callados y de pie, en la primera fila frente al agua. Tres figuras sobre la arena, sin luces fluorescentes ni sillas plegables ni risas o musica, solo la promesa de los fuegos en el cielo. A ellos los quise, y a J., a mi lado, silencioso tambien, sonriendo.
Hoy el trabaja y yo soy libre. El dia es tibio, hay por fin sol, en porciones generosas. Corrientes tranquilas de agua atras de mi, pajaros carpinteros, arboles de maple, enormes, opulentos de nuevo. Todo es dulce en este momento, mientras una catarina blanca camina sobre mi pierna. Y por supuesto mi corazon tiembla un poco, ojala estuviera el aqui conmigo, quedandose dormido con la cabeza sobre mi panza. Asi las cosas y asi la belleza limpia del parque y de la hora. Y este pinche blog que cada dia es mas cursi pero que le vamos a hacer. Hay otros dias y otras noches de acentos mas oscuros, pero este dia y esta pagina acaban aqui, en el parque, junto al agua.
3 comentarios:
Hola Jimena, soy Arturo Gonzalez (de la ENAH, ¿recuerdas?), me encontré con tu blog y quedé gratamente impresionado, escribes muy bien, me chuté tus entradas de un jalón.
Espero que todo marche de maravilla por aquellas tierras, espero que algún día nos volvamos a ver.
hola jimena : )
Arturo! Por supuesto que me acuerdo de ti. No todo marcha de maravilla, pero marcha. A veces extranio Mexico un monton. Te envidio la vida por alla (todavia en el defectuoso?), y espero tambien que estes feliz-feliz, escribiendo picudisimas reflexiones antropologicas, harto mas profundas que los garabatitos auto revelatorios de mi blog. Y espero verte por alla tambien.
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